¿Qué es la deshidratación?
Vivimos rodeados de mensajes como que hay que beber dos litros al día, que cuanta más agua bebamos mejor estaremos, etc…
Para empezar a hablar de ello quizás deberíamos definir qué es la deshidratación: se trata de una afección que pasa cuando el cuerpo ha perdido demasiado líquido, en este caso más de los ingeridos y por tanto se produce un déficit de líquidos que impiden a nuestro sistema funcionar bien. Esta insuficiencia de líquidos muchas veces no se debe a no ingerir suficiente agua, sino a otros factores como la diarrea y vómitos, e incluso algunos medicamentos que aumentan el riesgo de deshidratación.
Es cierto que nuestro cuerpo está hecho de agua, pero ¿significa eso que tenemos que estar constantemente bebiendo aunque no tengamos sed?
Recomendaciones oficiales
Según la OMS (Organización Mundial de la Salud), el ser humano debería consumir entre 1’5L/2L de agua diariamente para mantener tu cuerpo correctamente hidratado. Sin embargo no especifican la forma en la que ha de consumirse, y se ha de sumar el agua procedente de los alimentos.
Sensor de hidratación
Nuestro cuerpo cuenta con un sensor de hidratación que nos avisa cuando el cuerpo necesita agua mediante la sed. Entonces, si nos basamos en las recomendaciones dadas como “ hay que beber 2 litros de agua al día”, ¿tenemos que beber aunque no tengamos sed para poder cumplir la cuota?
Se supone que este “sensor” de hidratación que tenemos funciona, vaya sino no habríamos sobrevivido tantos años. Entonces, en el momento que se nos está marcando una cantidad exacta de litros de agua al día, ¿significa entonces que no debemos fiarnos de este sensor? ¿debemos beber sin sed?
Aquí existen diferentes matices, como por ejemplo que el agua no solo se consigue bebiéndola, sino también de alimentos como la fruta, verdura e incluso carne, pescado y huevos. También influye la situación: si estamos practicando deporte beberemos más agua que si por el contrario estamos sin movimiento.
Esto nos lleva a nombrar también el fenómeno de la hiponatremia, que es el fenómeno que se produce cuando la concentración de sodio en la sangre es anormalmente baja. Esto se produce cuando una persona lleva una dieta muy baja en sal a la vez que se fuera a consumir más agua de la que necesitas.
Dicho esto podemos proceder a enumerar algunas de las causas de la deshidratación.
Causas de la deshidratación
No beber suficiente agua no es la única causa de deshidratación, existen muchos otros factores que pueden llevarnos a este fenómeno.
- Como hemos mencionado anteriormente la diarrea o vómitos (de manera intensa) pueden provocar una gran pérdida de agua y electrolitos en un período de tiempo corto, y más si estos se presentan de manera conjunta.
- Sudar mucho. La sudoración excesiva puede causar deshidratación debido a no compensar los líquidos perdidos durante ese tiempo. Es importante recalcar que esto no solo pasa en verano, también puede pasar en invierno y muchas veces sus síntomas pueden confundirse y no reconocer esta señal de advertencia.
- Aumento de orina. Esto es recurrente en las personas con diabetes, sobre todo en cuánto a ciertos medicamentos para la presión arterial que provocan deshidratación. El alcohol también aumenta las ganas de orinar y por ende la deshidratación (de ahí la famosa “resaca”).
- Fiebre. Aunque no lo parezca, la fiebre es la causa más común de deshidratación, ya que cuanto mayor sea nuestra temperatura, más agua perderemos. A esto se le puede sumar la diarrea y vómitos como hemos dicho anteriormente y puede agravar los efectos.
- El envejecimiento. Aunque envejecer sea un proceso natural del que no podemos escapar, no podemos dejar escapar que este puede afectar a nuestra hidratación y es por ello que es más recomendable hacer un seguimiento de la cantidad que se bebe. Esto pasa porque la reserva de líquidos de nuestro cuerpo se hace más pequeña, por lo que reducimos nuestra capacidad de conservar agua y por ende nuestra sensación de sed se va perdiendo.
Signos de deshidratación
Es importante tener en cuenta los signos que presenta una deshidratación (sean leves o graves) para poder actuar y prevenirla. Es importante remarcar que no existe un indicador exacto que define si el organismo necesita agua ya que estos signos o síntomas pueden variar según la edad y la persona.
Signos leves de la deshidratación
Algunos de los efectos más leves en personas adultas son:
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- En primer lugar, el síntoma más obvio es tener mucha sed y tener la boca seca.
- Tener la piel seca
- Fatiga, mareos y sensación de cansancio
- Orinar y sudar menos de lo habitual
Todo esto varía cuando se refiere a bebés o niños/as pequeños/as:
- Boca seca
- Fiebre alta
- Cansancio y sensación constante de sueño
- Irritabilidad
Signos graves de deshidratación
En los casos más graves puede derivar en confusión, desmayo, latidos rápidos y respiración rápida. En estos casos, es recomendable acudir a un medico ya que puede ser peligroso y necesita una atención especializada.
Es importante mantenerse hidratado, por lo que beba suficientes líquidos, intenta reponer líquidos sobre todo en climas cálidos y cuando te encuentres enfermo.